sábado, 4 de febrero de 2012

3.- Henry

Después de llevar andando unos diez minutos Miriam todavía no podía asimilar los echos. Había cerrado los ojos después de su caída, eso lo sabía, pero todavía no sabía si todo aquello era un sueño o realmente estaba pasando. Seguía mirando a aquel chico, Alex, era alto, apuesto y simpático. Tenía modales, por lo que podía pertenecer a una familia adinerada, pero todavía no tenía suficiente confianza como para preguntarle nada, así que él empezó ha hablarle a ella.
-Entonces, ¿tú tampoco sabes como has llegado hasta Farnolor?- Preguntó directamente, como si ya se conociesen.
-La verdad es que no, pisé una raíz que sobresalía del suelo y me caí. Eso es lo único que recuerdo antes de despertarme en este lugar.- Dijo ella mirando al suelo para no volver a pisar nada.
-A mi me pasó una cosa parecida, pero yo en vez de caerme con una raíz, pasé junto a dos árboles y me caí. No se con qué tropecé pero me hice un poco de daño en el tobillo.-Dijo mirándose el tobillo.
-¿No sabéis de verdad que hacéis aquí, ni quién os ha llamado?- Preguntó el gato parándose en seco.
-Pues no.- Dijeron los dos a unísono.
El gato se volvió sorprendido por la respuesta de los humanos.
-¡Porque nos invaden!-Dijo el gato poniéndose en pie y mirando a uno y a otro.-¿El ejercito del trueno está invadiendo Farnolor y vosotros dos no lo sabéis?
-Pero, ¿nosotros dos que tenemos que ver con los Farnolianos?Somos dos humanos y vosotros sois...-Preguntó Alex, pero fue interrumpido por el gato.
-¡Claro que sois dos humanos pero sois los únicos que podéis ayudarnos!
-Pero, ¿por qué?-Preguntó esta vez Miriam con cara de asombro y mirando directamente a los grandes ojos de ese extraño gato.
-¡Porque sois los herederos del trono!Pero veo que no os lo merecéis, ya que ni siquiera habéis oído hablar de nosotros.
-¿Cómo vamos a ser nosotros los reyes de este lugar si somos personas y no animales?-Preguntó Alex dando una vuelta con los brazos abiertos para señalarlo todo.
-¡Oh Dios!¡Porque lo habéis heredado!
-¿Pero entonces somos hermanos?-Preguntó Miriam que llevaba un rato escuchando sin hablar.
-No, tú eres  hija de la reina,-dijo señalando a Miriam y dirigiéndose a Alex dijo- y tú eres hijo del rey pero parte de otro matrimonio.
-¿Y podremos conocer a nuestros padres?-Preguntó Miriam entusiasmada.
-No, ellos murieron hace unos años...-Dijo el gato mirando al suelo.
Entonces Alex miró a Miriam a los ojos por primera vez en todo el tiempo que llevaban andando y ambos pudieron ver como si se conociesen de antes. Estuvieron así un rato, hasta que el gato habló:
-Anda, vamos que se nos va a hacer tarde y no quiero que el ejercito del trueno nos encuentre aquí sin armas.-Dijo mirando al cielo y echándose a andar.
Todos comenzaron a andar. El trayecto no fue muy largo, ya que lo pasó contándole a Alex todo y escuchando a Alex hablar de la suya.
Al cabo de unos quince minutos llegaron a un gran árbol y en vez de esquivarlo e irse, el gato paró.
-Ya hemos llegado,-dijo el gato- no es tan grande como las de los humanos, pero es bonita y espaciosa.
Se dirigió al tronco del árbol y dio tres golpes, seguidos de cinco más. Después la puerta se abrió y se pudo ver la silueta de otro gato, esta vez más chico.
-¡Papá!-Dijo.-Ya has vuelto has tar...-Paró al ver humanos.
-Tranquilo son amigos.-Se volvió e hizo un gesto con la mano.-Pasad, y por cierto mi nombre es Henry.
Y el gato se perdió en el luminoso umbral de su casa.

1 comentario:

  1. Me gusta mucho el nombre que le has puesto a los invasores: "El ejército del trueno", muy bien encontrado:)

    ResponderEliminar