sábado, 28 de enero de 2012

2.- Farnolor

¿Dónde estaba?
Esa era la típica pregunta que te haces cuando te sientes perdido, cuando estás en un sitio al que nunca habías ido.
Todo había cambiado, los árboles, el césped, la luz solar, hasta el canto de los pájaros sonaba diferente en aquel lugar. ¿Estaría soñando? Se preguntaba una y otra vez Miriam.
Ahora no había oscuridad, todo era luz y flores, no como antes.
Se dio media vuelta, para volver, pero cuando lo hizo calló en la cuenta de que no sabía como iba a volver. Aquello no era la entrada del bosque en el que había tropezado, era un claro de algún otro bosque. Pero, ¿cómo había llegado hasta allí?
Si lo supiera podría volver, pero no sabía nada.
Decidió no alterarse porque podría ser peor, así que decidió sentarse en el suelo para reflexionar sobre el asunto. Respiró hondo unas cuantas veces. Y decidió gritar. Gritó todo lo fuerte que pudo y después de eso se tranquilizó mucho más. Se levantó de nuevo y se dirigió a un grupo de rocas alineadas formando unos pequeños escalones de piedra en los que se podía sentar perfectamente.
De pronto escuchó un ruido de pisadas, como el que había escuchado antes de tropezar, y se escondió detrás de la roca. Cogió un palo, que no estaba a más de medio metro de ella, con los pies y salió de su escondite muy despacio y sin hacer ruido. Se disponía a preguntar que quién había, cuando alguien se adelantó.
-¿Hay alguien ahí?- Preguntó una voz masculina.
Salí de mi escondite para averiguar quién había dicho eso, y justo delante de ella, encima de una pequeña colina, había un niño. Era alto y guapo, y en esos momentos me miraba como si hubiera visto un fantasma.
-¿Quién eres?- Preguntó Miriam, esperando una respuesta concreta.
-¿De donde has salido tú?- Preguntó él.- ¿Cómo has llegado aquí?
-He preguntado yo primero.- Dijo Miriam, un poco enfadada.
-Soy Alex, ¿y tú?
-Yo soy Miriam y no sé como he llegado hasta aquí.
-Yo tampoco, pero yo encontré a alguien.
-¿Hay alguien más?- Preguntó Miriam esperanzada.
-Bueno... no es exactamente una persona...
-¿Entonces qué es?- Preguntó, ya un poco nerviosa.
De repente, de detrás de él, salió un gato
-¡Qué bonito!- Se acercó al gato para acariciarlo, cuando dijo:
-¿Y tú quién eres?
Miriam se quedó paralizada. Un gato le acababa de hablar.
-Yo también reaccioné así.- Dijo Alex, mirándola de forma comprensiva.- Dice que esto es Farnolor, y que son Farnolianos.
-Pero, ¿hay más animales parlanchines?- Preguntó Miriam estupefacta.
-Pues si. Hay montones y dicen que nos necesitan.

1 comentario:

  1. Un gato Farnoliano, bien, bien :) esto me recuerda a Narnia y a los narnianos, está interesante mañana sigo leyendo :)

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