sábado, 25 de febrero de 2012

6.- La puerta.

Durante veinte minutos corrieron sin detenerse, sin mirar atrás, y tras ese tiempo Miriam se detuvo.
-¿Qué te pasa? No hemos llegado aun, nos queda un rato creo.-Dijo Alex mirando a ninguna parte.
-Estoy, cansada.-Dijo Miriam jadeando por la carrera.
-Pero aun no se ve luz, y ¿si nos están buscando? ¿Y si vienen por el pasadizo? Vamos, el tiempo es oro.-Alex tiró de la mano de Miriam, pero ella no se movió.
-Estoy, demasiado, cansada. Sigue solo.
-No puedo, estamos juntos en esto y no te voy a dejar sola.-Dijo sacando algo de un bolsillo de su pantalón.-Toma esto, es una barrita energética. Te vendrá bien para reponer fuerzas.
Miriam la cogió sin rechistar y la devoró. Después de eso no es que se sintiera menos cansada, pero con eso podría seguir un poco más hasta llegar al final de ese gran túnel.
-Creo que podré continuar.-Dijo empezando a caminar de nuevo.
Esta vez no fueron corriendo, iban a una marcha que los dos se sentían bien. No hablaron en todo el camino, pero ese silencio lo decía todo. Habían caminado durante diez minutos cuanto, al final de ese pasillo, empezaron a ver luz, luz solar. De la alegría salieron corriendo hacia ella sin saber lo que se iban a encontrar al final. Llegaron a una gran puerta de madera, era muy vieja por eso dejaba pasar unos rayos de luz. Era cuadrada, de dos puertas, con el poco y las bisagras de oro. Impulsado por la impaciencia Alex cogió el pomo y lo giro.
-Está cerrada. Hemos estado esos treinta minutos andando para nada, nos vamos a quedar aquí y por no volver por si están esperándonos vamos a morir de hambre y consumidos por gusanos vamos a desaparecer y a ser olvidados por todos...
-O podríamos mirar bajo esa piedra.-Dijo Miriam señalando a una roca situada a la derecha de la puerta.
-Si ese era el plan B.-Y Alex bajó hasta la piedra para poder verla mejor.
Miriam y Alex se pusieron a tocar toda la roca, y como si de una película se tratase, bajo la roca encontraron una gran llave de oro.
-Supongo que esta podría servir, ¿no?-Dijo Miriam poniendo la llave en alto.
-Quizás no sea la llave que buscamos.
-Bueno, podríamos intentarlo.-Dijo Miriam dirigiéndose hacía la puerta para probar la llave.
Miriam y Alex se levantaron y cogieron los dos la llave. Se colocaron frente a la puerta e introdujeron la llave en la cerradura. La hicieron girar dos veces hasta que escucharon un "click" y supieron que ya estaba abierta. Alex miró a Miriam y esta también lo miró. Después de unos segundos de silencio, bajaron la vista.
-¡Aya vamos!-Dijeron al unísono.
Entonces tomaron el pomo de la puerta y lo giraron.
Quedaron cegados por la intensa luz que les sorprendió y cuando sus pupilas se acostumbraron, quedaron impresionados por lo que vieron tras la puerta...

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