sábado, 18 de febrero de 2012

5.- La biblioteca

Esta habitación era más grande que las demás, y mucho más alta que el salón principal. Sus paredes estaban enteramente recubierta de estanterías llenas de libros. En el centro de la habitación había una mesa redonda con una lampara en el centro. Esta habitación esta mejor iluminada porque todo el techo estaba lleno de pequeños puntos.
-¿Qué son esos puntos?- Preguntó Miriam, mirando al techo.
-Estrellas.- Dijo Henry como si fuera lo más normal del mundo.
-¿Estrellas?- Dijo Alex dirigiendo la vista hasta Henry.
-Si, ¿no tenéis en La Tierra?
-Tenemos lámparas, no estrellas, las estrellas están en el cielo.- Dijo Miriam volviéndose hacia Sara.- ¿Y el libro que nos querías enseñar?
- Esperad que lo busque, sentaros en las sillas.
Todos se sentaron alrededor de la mesa dejando una silla vacía para que Sara se sentase. 
En ese momento llegó Sara y colocó sobre la mesa un gran libro que hizo levantar polvo con el que empezaron a toser todos. El libro era gordo y viejo, tenía la tapa marrón en la que ponía "Familia real 1898-1998" con letras doradas.
-Este es el más nuevo, en él salen muchas familias incluyendo la vuestra.- Dijo abriendo el libro por el índice y buscando entre los diferentes títulos.- Ajá, página 342.
Buscó la página y empezó a leer:
Familia Cumb, 1987-2002: Ben Cumb se casó con Alba Moure en 1956, con esta tuvo su primer hijo Alexandre Cumb en 1995, el mismo año en el que nació Miriam Louke la hija de Marie Louke con la que se casó en 1996 despues de la muerte de Alba por una enfermedad poco conocida. Miriam y Alex tubieron que ser dados en adopción por la escasez de alimentos en 1995, pero no pudieron ser recuperados, ya que Ben y Marie murieron al año siguiente en los calabozos del castillo de la Reina del Trueno. Pero la profecía dice que los herederos del trono regresarán para liberarnos de la esclavitud y vencer al ejercito del trueno.-Levantó la cabeza.- ¿Queréis que siga?
-No hace falta ya sabemos suficiente.- Dijo Miriam.
- ¿Os aclara algo? - Preguntó Henry esperando que alguien dijera que si.
- La verdad, sí. Porque por más que viese a mis padres no me veía igual a ellos, y ahora veo el retrato del rey y me veo a mi.
- Digo lo mismo, y también los diferentes sueños que tenía de un gran bosque y un castillo ya veo que no eran producto de mi imaginación.
En ese momento la puerta se abrió de golpe sobresaltando a todos y entró Lucia, la hija de Sara y Henry.
-¡Mamá! ¡Hay gente arriba! ¡Los escucho andar!
En ese momento escucharon como el perchero de arriba caía al suelo.
-¡Ya están aquí! ¡Corred tenéis que iros!- Exclamó Sara.
Henry se aproximó a la mesa y apretó el  botón de la pequeña lámpara del centro. En ese momento la mesa se movió hacia la derecha dejando a la vista un gran agujero con unas escaleras poco iluminadas. 
-¡Corred! Y no os paréis seguid hasta el final.- Grito Henry.
-Pero...- Se quedó a medias Alex.
-No preguntes y corre, estás aquí.
Entonces Alex cojió a Miriam de la mano y bajaron corriendo las escaleras. Se perdieron el la negrura del pasillo y no volvieron la vista atrás.

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